Manifiesto

ROMPER El CERCO, TEJER LA RED

La comunicación es uno de los elementos centrales en el desarrollo de las sociedades humanas. Así pues, la información, en general, y las nuevas tecnologías, en particular, conforman hoy un elemento central en la construcción de las relaciones de poder y de contrapoder pues inciden de manera determinante en la construcción social, económica, política y cultural.

La infoxicación, el silenciamento mediático, la manipulación, la violación de los derechos digitales o la concentración del 96% de los medios de comunicación del mundo en manos de 4 conglomerados transnacionales conforman, entre otras cuestiones, una de las caras de la sociedad actual. Pero al mismo tiempo también nacen nuevas formas de comunicación que permiten descentralizar la información, construir espacios de coordinación y respuesta social así como facilitan la creación de una comunicación más democrática, plural y heterogenea.

Por esto lxs firmantes apostamos por un paradigma comunicativo que se base en:

• Promover la descolonización informativa, comunicativa y tecnológica así como la soberanía de las personas y de los pueblos. La sociedad global actual ve como la soberanía se aleja cada vez más de las personas y se va trasvasando despacio a las empresas o a organismos supranacionales (puertas giratorias, TTIP, TPP, CETA, OMC, FMI…). Esta sociedad fomenta el paternalismo y la dependencia externa de las personas y los pueblos en los diferentes planos sociales a través de la delegación de responsabilidades y del rol pasivo de las mismas. Desarrollar un rol activo, crítico, creativo y solidario por parte de cada persona, que tenga como pautas principales el respeto de los derechos, las libertades y el planeta; participar y construir en redes locales e internacionales que permitan vertebrar un tejido consciente, coordinado y responsable que posibilite hacer frente a los problemas y cuestiones derivadas de un mundo globalizado; promover la democratización de la infraestructura que garantice que cada persona y comunidad sea dueña de sí misma y, por lo tanto, soberana de pleno derecho en todos los campos en los que decida construirse; potenciar los medios y las tecnologías comunitarixs; facilitar marcos para que arraiguen los procesos de articulación, reflexión, formación y fortalecimiento de capacidades sobre el uso, gestión y construcción de información y tecnologías libres a través de una perspectiva de género e intercultural que garantice la participación de todo el espectro social en igualdad de condiciones; asegurar medios, herramientas y canales que permitan que los gobiernos, organismos y empresas rindan cuentas y estén bajo el control de las personas y las comunidades; o convertir la participación y la transparencia en dos pilares básicos de la construcción social; son solo algunos de los puntos necesarios a desarrollar para poder reforzar el ejercicio de los derechos político-civiles, económicos, sociales y culturales de lxs minorizadxs en particular, y de la humanidad en general.
• Promover unos medios de comunicación responsables, independientes, críticos y plurales. Los medios de comunicación masivos actuales están orientados a una comunicación emocional y primaria que promueve el consumo, la transculturación y los contenidos acríticos por lo que sirven como herramienta de refuerzo de la estructura de poder existente. Apostar por la descentralización como herramienta de control del proceso homogenizador y de contacto que pretende el sistema actual; desterrar la idea de los medios, periodistas, espacios y redes digitales como objetivos militares que privan, directa e indirectamente, de cientos de derechos a personas y comunidades; desarrollar un relato diverso, comprensivo y real de los acontecimientos diarios con contexto y sentido; servir de espacio desde donde hacer un análisis crítico continuo de la realidad y donde se publique todo tipo de material sensible en materia de interés público aunque sea contraria al interés de las estructuras de poder; así como asegurar la confidencialidad y seguridad de las personas que hagan filtraciones de esas estructuras y descriminalizar a las personas y entidades que facilitan el acceso de las personas a las mismas; son elementos clave para el desarrollo de cualquier sociedad democrática que garantice el control, la rendición de cuentas y la transparencia de quien ostenta el poder.
• Ejercer y defender el derecho de acceso a la información, así como la libertad de opinión, pensamiento y expresión a través de procesos de democratización de la comunicación. La información nunca será veraz si no se establecen mecanismos, canales, contenidos y herramientas que conformen un cuerpo plural de la información, así como se no se garantiza la posibilidad de fundación, control y gestión autónoma de los mismos por parte de las personas y las comunidades en igualdad de condiciones.​​ Romper con la brecha que imposibilita el acceso a internet a miles de millones de personas; apostar por la neutralidad de la red como requisito indispensable de cualquier sociedad democrática; alejarse del software privativo y de la concentración de la información en manos de grupos oligopólicos que obedecen únicamente al lucro empresarial; o insertar a la sociedad civil y a las comunidades en el diseño e instrumentación de las políticas, leyes y normativas; son elementos necesarios para construir un contexto que proteja el ejercicio de los derechos y libertades de las personas y de los pueblos.
• Apostar por la tecnología, la cultura y la información libres. La información y la cultura son bienes que le pertenecen a la humanidad y, por lo tanto, a los que todos y todas tenemos derecho a acceder, producir y difundir de forma libre, abierta y sin restricciones. No es punible el libre intercambio ni la participación colectiva de las mismas. Los derechos de lxs autorxs deben ser compatibles con los del resto de las personas. Al tiempo, la construcción colectiva y colaborativa de tecnologías que promuevan el desarrollo local y el bien social, debe alejarse de limitaciones, imposiciones, monopolios y restricciones. Si se apuesta por la defensa de derechos a través de la justicia, la ética, la libertad y la equidad, se debe desarrollar una construcción tecnológica, cultural e informativa basada en estos mismos principios.
• Promover la seguridad y la privacidad, pero sin limitar nunca los derechos y las libertades. El terrorismo, los desastres naturales o cualquiera otro evento que rompa la normalidad social no puede aprovecharse para recortar derechos. La seguridad no puede servir como justificación para desarrollar marcos legales o de facto que destrozan los derechos y las libertades individuales y colectivas. Proteger los datos con herramientas y servicios éticos, autónomos, soberanos y descentralizados para dejar de depender de los servicios personales que violentan los derechos de personas y comunidades; impedir la vulneración de la privacidad o de la comunicación de las personas a través de proyectos de transnacionales o de iniciativas, políticas y leyes de gobiernos que se enfocan hacia obtención de lucro con la comercialización de datos o el simple silenciamiento de la disidencia con el corte de cuentas, espacios y mensajes o de la misma internet; no hacen otra cosa que definir una sociedad como altamente antidemocrática”.